¡Feliz Navidad!
Es increíble como la duración y la intensidad de la Navidad van cambiando con los años.
De niño parecía que la Navidad arrancaba temprano; por estar de vacaciones, participaba de distintas actividades (pesebre viviente, Navidad en familia, armar el arbolito, etc.) y por supuesto -como hijo de juguetero- me tocaba laburar.
De adulto las Navidades muchas veces me sorprenden entre códigos y deadlines, pero se vuelven más intensas, mucho más intensas porque uno se pone algo reflexivo, piensa en lo que hizo y lo que puede hacer, y por supuesto en los que ya no están.
Les deseo a todos una intensa Navidad, regalemos el exclusivo regalo del tiempo, del tiempo de calidad con nuestros seres más queridos.
¡Feliz Navidad!